Ingredientes. (para 2 personas -con hambre-)
– 3 cebollas blancas
– 1 cda aceite de canola
– 3 rodajas de pan (preferentemente duro)
– 750cc de caldo de verduras light
– 1 cda azúcar
– 1/4 taza de Oporto (reemplazable por otra bebida de elección)
– 150g de parmesano
– 400g de gruyere
– aprox 2 hojas de laurel
– c/n sal y pimienta negra
Preparación:
1. Música, obvio. Para esta receta, classic Carla Bruni. Lo que sea, lo que Spotify recomiende.
2. Primero, preparar el caldo. Para esto podemos ponernos creativos: todas las especias para verduras que probé en mis muchos intentos me dieron buenos resultados. Yo suelo ir por el clásico sal+pimienta negra+ laurel. Dejar cocinando a fuego lento para que se consuma muuuuuyy lentamente.
3. Cortar la cebolla en juliana. Más grande que eso no conviene, porque la idea es que no quede para nada “crocante”. Dorarlas con el aceite (a no pasadse con este) y el azúcar. Tratar de no comerse la cebolla sola (caramelizada, es riquísima). Tiene que quedar doradita pero NO negra. Dorado iPhone, no dorado armadura de Caballero Dorado de Saint Seiya.
4. Cocinar las cebollas en el caldo y agregar el oporto (yo probé con otras bebidas y sólo me resultó rico con Jack Daniel’s Tennessee Honey –queda más dulzón pero, de nuevo, a la cebolla esto le sienta bien). Hervir aprox 30′ a fuego lentísimo, e ir probando para ajustar la sal/pimienta. Cuando se vaya consumido lo suficiente como para parecer sopa (muy genérico, lo sé), servir en cazos (soy mi madre) individuales.
5. Colocar encima el pan en cubitos (mientras más duro el pan, mejor). Cubrir con queso (a no escatimar acá), y meter al horno media hora aprox. Hasta que el queso burbujee con ese ruidito de ángel que hace. Disfrutad.