En un ataque de nostalgia pequebú, recordé uno de mis desayunos favoritos durante mi estadía en Suiza. Lo de pequebú lo digo yo, para que no lo digan ustedes, pero varios de los corresponsales del blog (y acá hundo a todos conmigo) amamos viajar, y traemos recetas y recomendaciones de lugares de donde vamos. En mi caso particular, conocer la gastronomía de los lugares que visito es fundamental, tal es así que todavía no le hice asco a nada: escargots (caracoles), grillitos con chocolate, gusanos, intestino de oveja, todo lo que se come en el lugar al que voy, entra. En alguna que otra ocasión, hasta me tomé el tiempo de ir a una cata de vinos (Italia) o tomar clases de cocina (Francia). De cualquier forma, creo que esto de reversionar o replicar comidas de otros países va a ser un recurso frecuente en el blog, así que están avisados.
Esta vez le toca al Birchermüesli: un plato facilísimo y rápido de hacer que no sólo es extremadamente nutritivo (todo lo bueno, nada de lo malo), sino que se prepara en -como mucho- 10′. Sirve como desayuno, merienda, o para matar el hambre de algo dulce y no muy pesado.
Ingredientes.
– 3 cucharas de avena lista para consumir
– 6 cucharas de agua tibia
-2 cucharas leche condensada (o su versión light: leche espumada con edulcorante)
– jugo de 1 limón
-1/2 manzana verde y 1/2 manzana roja (o una de la que prefieras, da igual)
Preparación:
1. Poner música. Yo elegí We Invented Paris, una banda suiza -duh- que no tiene la atención que merece en esta parte del planeta, pero en Europa la rompe bastante.
2. Antes de cualquier cosa, poner la avena a remojar con el agua. Toma unos minutos en absorverla, pero el tiempo que tardes en el resto va a alcanzar perfectamente. Tiene que quedar un poco pastosa, algo así:
3. Mientras la avena se remoja, rallar gruesas las manzanas y exprimir el limón, por separado. Si vas a ponerle leche condensada es simple, sino podés espumar leche con un poco de edulcorante que cumple una función similar. Lo más fácil es hacerlo con un aeroccino o un milk steamer de una cafetera espresso. Otra opción, si no tenés ninguna de estas cosas, es batir crema con un poco de azucar y usar eso. Lo importante es que la consistencia no sea líquida pero tampoco demasiado sólida (por eso, no te pases con la crema).
4. Una vez que tenemos todo, agregarle a la avena la leche y el jugo de limón, todo de una vez. Mezclar, y agregar la manzana. Si querés ponerle avellanas, almendras o nueces, este es el momento. Yo suelo agregarle macadamia y canela, pero en la receta original no está, así que os dejo a vuestro criterio. Bon appétit!